martes, 4 de octubre de 2011

Un Niño Negro


Había una vez un niño de color negro que deambulaba por la vida sin saber  exactamente de qué se trataba la cuestión.  Enamorado de su novia  se mostraba seguro y feliz. Hasta que un día, la dulce novia lo abandonó.  Pobre niño negro con el corazón roto.  Pretendía superación y corría tras su ex novia a penas ella se mostraba con un nuevo amor. Patético y predecible gritaba excusas y se eximía de toda responsabilidad en la ruptura. Parecía honesto, pero todas las miradas de complotaban para no exponer su estupidez y ¿por qué no? Su decepción.
Entre noche, amigos y alcohol fijo su vista donde no debía, incisivo y meticuloso; atacó a su objetivo en un momento de debilidad. El objetivo, directo y precavido dio sus directivas al respecto; y accedió.  Los encuentros eran básicos, aburridos y con una marcada distancia generacional que generaba en el objetivo un desapego notorio. Pero el niño negro era insistente, sin mediar consecuencia alguna. Atento por demás, desubicado a la par. No sabía enfrentar simples situaciones, se admiraba de todo aquello que alguna vez a su objetivo le produjo admiración.  
Su discurso era convincente, se mostraba seguro y maduro. Había, durante un tiempo, estudiado la teoría a la perfección. Pero en la práctica, su notorio desconcierto ofendía a su objetivo.  La primera vez el objetivo hizo la vista gorda, dejó pasar la situación más desagradable y adolescente jamás experimentada en su vida. La segunda vez, intento explicar al niño negro el porqué de su enojo. El niño negro aparentando comprender y con una inoportuna sonrisa, intentaba demostrar madurez. El objetivo ya estaba fuera de su alcance. Pero el niño negro, ya rojo de vergüenza por su inexperiencia se mostró veloz en el contexto equivocado, y todo acabo rápidamente. El objetivo sugirió distancia. El negro niño empalideció por primera vez en su vida al ver plasmada su tonta existencia. Dándose cuenta que en la Tribu, cuando te pintan la cara, te bajan de un hondazo.
Pobre niño de color negro, que aún deambula por la vida sin saber exactamente de qué se trata.