martes, 20 de marzo de 2012

Soltero reciente: esperar hasta el próximo siglo


Un sábado en la peluquería, generalmente no es más que una tarde de gasto semi necesario, en la que charlas con la peluquera, con la de los ruleros, con la que hace las belleza de manos, con la que cae a las 19.30 y quiere que le hagan: lavado, nutrición, color, corte, peinado etc., y con tu mamá que te mira sentada en el vaporizador y no entiende nada de lo que decís pero igual comenta. Vos relajada, ya casi aburrida te pones a mirar la ropa que hay a la venta, te probas, vas y venís, le desfilas a tu mamá que siempre te mira como diciendo “me gustaría para mí”. Cuando de repente… entra un susodicho de unos 35 años, alto de ojos claros, músculos en exceso, bermuda playera, musculosa obvia, lentes de sol con tira para que cuelguen de su gigante cuello, anillo de oro con tremenda piedra negra en su dedo mayor. Medio tímido dice “hola, buenas tardes” Y aclara que no ato la súper moto de soltero reciente que se compro. Como es amigo de la peluquera, le pide tu número de teléfono. Vos, con alguna que otra aclaración se lo das. Ella, entusiasta, te hace una serie de descripciones respecto de su amigo. Hay ciertos comentarios que te asustan: “esta definitivamente separado, esta vez” (“esta vez” te huele a bolazo); “a parte tiene un trabajo enserio, pero labura de seguridad en un boliche todos los fines de semana”; “se compro un auto con el papá” (¿porque no se lo compró solo?, ¿Vive con el papá?, ¿Por qué no me responde cual es su trabajo enserio?, capaz tiene un bulo… que golazo!”; “el se re enamoró, se re entregó pero lo cagaron…”, “económicamente está muy bien”, “si se enamora hace lo que le digas” (Y… aja. A ver… ¿me comprará un departamento, o estamos hablando de cocinar, llevarme,  traerme… no entiendo nada, no me interesa esto, me perdí y tengo hambre, cómo se llamaba???) “Bueno” decís, que me escriba y veo que onda.
Pasa un día y te escribe, con cientos de errores graves de ortografía, cero onda y con palabras del tipo “bebe, niña, señorita”, y cuando no respondes enseguida te asusta con un “no te molesto mas”. Te enteras sin querer que su viejo amor sigue latente, y que el flaco está explorando la vida, recuperando el tiempo perdido, tanteando sin ser visto terrenos de varias zonas y esta corto de tiempo porque se propuso terminar el secundario. Tiene previas: lengua y literatura de primero a quinto año.
Te juntas con tus amigas y tiras el comentario, entre risas y preguntas, conjeturas y demás. Te quedan mirando y te preguntan: ¿para qué le respondes? En este punto uno suele mentir, pero esta vez no hay cursiva que valga, la verdad es que te alimenta el ego. Y eso no tiene nada de malo. Hasta el día de hoy te escribe, de vez en cuando le respondes. Vas a la peluquería y sabes que se viene la pregunta: ¿Qué onda con…? Y vos: “bien, me escribe de vez en cuando, ya nos juntaremos a tomar algo” (un 45 de marzo del año 3012, si es que llegamos, capaz que me subo a su nave espacial) 

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